Hugo Juri: “Hay que profundizar en el espíritu inclusivo de la Reforma Universitaria y mantener a la Universidad cerca de toda la comunidad”

A 98 años de la Reforma Universitaria, ¿Cuáles cree que son los retos que deben afrontar la Universidad Pública argentina y la educación superior latinoamericana?

Nosotros hemos tenido mucha inclusión, de inclusión básicamente se trató la Reforma del 18. Sin embargo, en relación a eso, tenemos dos retos. En principio, completar esa inclusión, que no es sólo un problema de las universidades. Debemos hacer que cada vez más alumnos de todos los estratos sociales tengan acceso a la universidad. Entonces uno de los retos es ocuparse del sistema educativo nacional. Es un reto clave, porque de esa manera vamos a tener inclusión y vamos a tener calidad educativa, un punto que debe ir pegado a la inclusión. En ese sentido, creo que la función de extensión de más alto impacto que pueden tener las universidades públicas latinoamericanas hoy es impactar en la educación media.

En su introducción, el Manifiesto Liminar dice textual: “Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”. ¿Cuáles son las libertades que nos faltan a los universitarios?

Lo mejor que tuvo la Reforma Universitaria del 18 fue su espíritu, que además se replicó en toda América Latina. El que la universidad debe ser inclusiva, que hoy se traduce, en el siglo XXI, como un bien social pero de calidad. Ellos propusieron el concurso previo para el ingreso, la periodicidad de la cátedra, las cátedras libres y se fueron a buscar profesores de ciencias a Europa porque les preocupaba la calidad de la educación. Esos mismos retos los tenemos hoy traducidos al siglo XXI. No hay que hacer otra Reforma, el espíritu es el mismo, las herramientas son diferentes.

Hoy lo que hay que lograr, el desafío, es el aporte que puede hacer la Universidad al resto de la comunidad, no solo a sus estudiantes ni a sus miembros, sino a toda la sociedad. Hay que profundizar en el espíritu inclusivo de la Reforma Universitaria y mantener a la Universidad cerca de toda la comunidad.

Hay que pensar cómo se llega a brindarle a mucha más gente el conocimiento superior, sin necesidad de que la única opción sean las carreras tradicionales y, por último, tenemos que proponernos escuchar a la sociedad, con los estudiantes en la calle escuchando a la sociedad y con miembros de los distintos ámbitos de la comunidad participando del Consejo Superior para escuchar a la sociedad. Los retos están ahí.