Advierten que la disminución de las poblaciones silvestres de polinizadores tiene un impacto negativo en la producción agrícola

Sucede que estos insectos y pequeños vertebrados juegan un rol protagónico en la salud de los ecosistemas y en el rendimiento de los cultivos a gran escala. En Argentina, un equipo de científicos trazó un diagnóstico de la situación nacional y elaboró una serie de recomendaciones para su protección.  [13.03.2019]

A nivel mundial, el 70% de los cultivos de alimentos dependen en alguna medida de los polinizadores animales1. Se trata de abejas, avispas, moscas, mariposas, polillas, cascarudos, mariquitas, colibríes y hasta murciélagos, que transportan el polen hasta los órganos femeninos de las flores y posibilitan de esa manera la fecundación de sus óvulos, con la consiguiente formación de frutos y semillas viables.

En Argentina, el 64% del área cultivada –que aporta aproximadamente el 45% de la producción total medida en toneladas métricas– requiere su participación, en mayor o menor medida, para garantizar o aumentar la producción de frutos y semillas. Estudios científicos internacionales muestran, incluso, que la polinización animal puede influenciar positivamente la composición química de frutos y semillas, incrementando su valor nutricional.

Los datos surgen de un informe que investigadores argentinos confeccionaron a fines de 2018, a pedido de la Secretaría de Ambiente de la Nación. En el documento, trazan un pormenorizado diagnóstico de la situación en el país y proponen un conjunto de iniciativas para la protección de los polinizadores.

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