Laura Pautassi: “El modelo patriarcal asignó a las mujeres el rol del cuidado”

En el 80 por ciento de los hogares argentinos, el cuidado de las personas que integran la familia está a cargo de la mujer. Una responsabilidad asignada cultural e históricamente que hoy encuentra su momento de colapso: el crecimiento sostenido de la actividad laboral femenina aún no está acompañado de nuevos acuerdos y redistribución de tareas al interior de los hogares. Sobre esta “crisis del cuidado”, las estrategias de resolución que ya no funcionan, y las coberturas que se deberían garantizar desde el Estado dialogamos con Laura Pautassi, quien analiza la problemática desde la perspectiva del derecho. [08.06.2017]

El tema del cuidado no es ni ha sido muy frecuentada en el debate público o mediático. Preguntas como quién cuida, cómo y cuándo, cuántas horas diarias son dedicadas al cuidado de otros, cuántas al autocuidado, no se formulan en voz alta porque parecen darse por evidentes.

Según datos del proyecto "El cuidado en la agenda pública", en el 80 por ciento de los hogares argentinos esas “actividades indispensables para satisfacer las necesidades básicas de la existencia y reproducción de las personas” recaen exclusivamente en las mujeres. El mismo porcentaje se registra para el caso de las tareas domésticas.

Invisibilizar el problema es, entonces, ocultar un índice de la desigualdad.

Laura Pautassi es especialista en esta materia, y visitó la UNC a principios de mayo para participar en el Seminario Taller Mujeres y Ciudad: (In)justicias Territoriales, organizado por diferentes centros y organizaciones  locales e internacionales, y que tuvo lugar en el Pabellón Venezuela de la Facultad de Filosofía y Humanidades. UNCiencia dialogó con ella en esa oportunidad.

¿Cómo definirías la problemática en torno al cuidado y la organización del trabajo vinculada a la cuestión de género?

El tema del cuidado no es nuevo, sino que atraviesa la historia de la humanidad. Todas las personas, desde que nacemos hasta que nos morimos, requerimos cuidados, sobre todo al inicio y al final de la vida. En la vida adulta, pasamos a ser prestadores. Así, a lo largo del tiempo, tenemos este doble rol: dar y recibir cuidados.

Esta situación ha sido atravesada por el modelo patriarcal, en el cual la capacidad de cuidar de las mujeres fue naturalizada, asociada a su capacidad reproductora. Sin embargo, este es y fue un rol asignado; no existe una predisposición natural, ni las mujeres somos innatamente mejores cuidadoras que los varones. No existe instinto materno ni ninguna de esas construcciones que se han hecho de la mano del modelo patriarcal.

Hoy, la problemática emerge con más fuerza porque surgen nuevas tensiones a raíz del crecimiento paulatino y sostenido de la tasa de actividad de las mujeres, cuyo ingreso masivo al mercado laboral en América Latina se dio en los años 80. Ese es el inicio de la tensión, que se da porque estas responsabilidades de cuidado siguen siendo asumidas por las mujeres, sin que los varones hayan asumido su parte proporcional, y los hogares empiezan a colapsar. A esto se le suma el proceso de envejecimiento de la población, en el marco de la transición demográfica acelerada que estamos atravesando en América Latina.

Leer la entrevista completa en el portal de la Agencia UNCiencia.