La Secretaría de Asuntos Académicos prepara acciones para fortalecer la experiencia estudiantil en la UNC

En línea con recientes resoluciones del Ministerio de Educación de la Nación, el área académica del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba está trabajando sobre procedimientos institucionales que permitan reducir la duración real de las carreras e incorporar el tiempo total que los alumnos y alumnas destinan al estudio mediante un sistema de créditos. Estas medidas tienen como objetivo mejorar la calidad educativa, la permanencia y el egreso del estudiante, dando respuesta así a algunas problemáticas del sistema universitario.

El Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) trabajaron recientemente en torno siete puntos de la agenda política para la Educación Superior establecidos en la gestión 2019/23.

La idea es que estas resoluciones sumadas a las políticas ya iniciadas durante la última pandemia permitan redefinir el currículum universitario atendiendo los desafíos de la sociedad actual. En respuesta estas medidas de la cartera educativa nacional, la Secretaría de Asuntos Académicos del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba está trabajando sobre procedimientos institucionales que permitan reducir la duración real de las carreras e incorporar el tiempo total que los alumnos y alumnas destinan al estudio mediante un sistema de créditos académicos.

Estas medidas tienen como objetivo mejorar la calidad educativa, la permanencia y el egreso del estudiante, dando respuesta así a algunas problemáticas del sistema universitario, que, actualmente, cuenta con más de 2,5 millones de estudiantes que cursan sus estudios de grado y de posgrado, en 133 instituciones universitarias que dictan más de 12 mil títulos.

Se han realizado 5 acuerdos plenarios N° 269, 270, 271, 272, 273 vinculados a la agenda de siete puntos críticos establecidos por el Ministerio de Educación de la Nación.

  1. Repensar las modalidades de enseñanza y de aprendizaje, focalizando las estrategias en el estudiante como sujeto que aprende y desplegando alternativas de formación mediadas por la tecnología.

  2. Analizar las horas que invierten los estudiantes en cursar, estudiar y realizar trabajos prácticos, revisando la distancia entre la duración teórica y la duración real de las carreras, reconociendo que las y los estudiantes tienen perfiles y biografías personales diferentes, y que es necesario potenciar las prácticas pedagógicas, la calidad educativa, la permanencia y el egreso en sintonía con ello para que el derecho a la educación sea una realidad.

  3. Identificar trayectos formativos diversos, ampliando las certificaciones intermedias y/o tecnicaturas que reconozcan saberes técnicos y de aplicación en campos profesionales.

  4. Trabajar en procesos de internacionalización inclusivos, para que las y los estudiantes puedan experimentar la dimensión internacional como parte constitutiva de su formación y no solo como una experiencia aislada de intercambio.

  5. Avanzar hacia la certificación de calidad de las carreras que no implican riesgo público, que permita el desarrollo de criterios e indicadores que identifiquen áreas de apoyo y fortalecimiento.

  6. Fortalecer los vínculos entre la universidad y la sociedad, incorporando a la extensión universitaria a los planes de estudio, reconociendo así los saberes producidos por diversos actores sociales y poniéndolos en diálogo con el saber académico.

  7. Desarrollar la carrera del investigador universitario para institucionalizar su figura, contemplando la enseñanza, la extensión, la transferencia y el arte. Los datos de la SPU muestran que sólo el 29,6% de los estudiantes concluyen sus carreras en el tiempo teórico que prevén los planes.

Actualmente, la duración promedio real de las carreras es muy superior a la duración teórica: es 1,4 veces en el caso de las carreras de grado y de 1,8 vees en las carreras de pregrado (SPU-DIU, 2022). Es decir que carreras con una duración teórica de dos años llevan en realidad casi 6 años y carreras de 5 años requieren en promedio unos 8 años. La información oficial nacional también resalta un desgranamiento del 60% en el primer año. Como insumos para dar respuesta a estas problemáticas la Secretaría de Políticas Universitarias ha elaborado en estos años varios documentos.

Documentos con lineamientos

“Lineamiento N° 2”: Las propuestas académicas: revisión de la distancia entre la duración teórica y la duración real de las carreras” que establece una mirada del currículum como política académica y no como mero problema de planes de estudio, y

“Lineamiento N° 3”: Las titulaciones intermedias, certificaciones, trayectos formativos, reconocimiento de competencias” que propone flexibilizar los planes de estudio con diferentes alternativas, entre ellas, el reconocimiento de actividades académicas desde un sistema de créditos y el Docus 5 que contiene orientaciones para el retorno a la presencialidad plena con los aportes capitalizados durante las experiencias de virtualización en la pandemia. En dichos documentos se propone diseñar procedimientos institucionales para acortar la duración real de las carreras y evaluar la posibilidad de incorporar paulatinamente el tiempo total de trabajo del estudiante con un sistema de crédito como unidad de medida de los planes de estudio que otorgue además a los planes de estudio de un criterio de mayor flexibilidad y redefinir la normativa sobre la modalidad a distancia.

Nuevas resoluciones del Ministerio de Educación de la Nación:

La Resolución 2597 busca dar respuesta a la certificación de la calidad de las carreras del artículo 42 que representan un grupo muy numeroso. Estas carreras hasta ahora no debían presentarse a evaluaciones externas como aquellas definidas como de interés público, como medicina, ingeniería entre otras.

En esta resolución se propone un sistema de presentación voluntario ante un organismo interno acreditado, SIAC para su evaluación.

En su Resolución 2598, del 15 de noviembre pasado, aprobó crear el Sistema Argentino de Créditos Académicos Universitarios (SACAU), el cual fija al Crédito de Referencia del/la estudiante (CRE), como el valor organizador del diseño y rediseño de los planes de estudio.

La unidad de medida (CRE), que ya se desarrolla en el sistema educativo internacional e intenta poner de manifiesto que las trayectorias académicas se componen de un tiempo mayor adicional y no sólo se reducen a las horas en el aula.

Este es un punto en el que el ex-rector de la UNC Hugo Juri trabajó durante muchos años para universalizar la iniciativa y la cartera educativa nacional hizo suyas muchas de estas ideas surgidas en la Casa de Trejo.

Por otra parte el anexo de esta Resolución establece horas mínimas y máximas para las carreras de grado.

La Resolución 2599, modifica la normativa de educación a distancia y define que las carreras presenciales podrán considerar la presencialidad sincrónica.

Para ello define porcentajes y su evaluación a través del SIED que en este momento depende de la Secretaría de Asuntos Académicos.

Por último la Resolución 2601 aprueba los Bachilleres universitarios con una duración de dos años en todo el sistema universitario Nacional.

Desde la Secretaría de Asuntos Académicos de la UNC se está informando a todas las Unidades Académicas de estos cambios y acompañando a quienes lo requieran en procesos de reflexión sobre los diseños de planes de estudio y las posibilidades de innovación académica de manera de reducir la distancia entre el tiempo teórico de los planes de estudio y el tiempo real que invierten los y las estudiantes durante sus trayectorias educativas en la UNC.

Ver Resolución 2600-23 ANEXO I

Ver Resolución 2600-23 ANEXO II

Ver Resolución 2600-23 ANEXO III

Ver Resolución 2600-23 ANEXO IV

Ver Resolución 2600-23 ANEXO V