Gente que no

 

El viernes 31 de octubre a las 19hs en el Centro Cultural de la UNC (Obispo Trejo 314) se presenta el "Ciclo Gente que no"  el nuevo ciclo de música electrónica y artes visuales en el que se ensayan posibles diálogos con el patrimonio histórico, artístico, arquitectónico y cultural de Córdoba. Contaremos con la oferta musical del cordobés Matías Rojas, quien llenará el espacio con un set cargado de energía y groove constante, es un DJ que crea melodías que aportan brillo y profundidad para dar lugar a una atmósfera envolvente. 

La propuesta musical se complementará con la puesta visual de Magda Huarte; Artista cordobesa que se desempeña desde hace algunos años como VJ para espectáculos, eventos culturales y pistas de baile. Se encuentra estudiando la Licenciatura en Artes Mediales (UPC) y realizando la tesis de la Licenciatura en Artes Visuales (UNC).

Invitamos a todos a unirse a nosotros en esta noche especial donde la historia y la modernidad se unen en un diálogo musical y visual inolvidable, mientras cuidamos el patrimonio y lo habitamos respetuosamente. 

Sobre el ciclo

Gente que no es un ciclo de música electrónica y artes visuales en el que se ensayan posibles diálogos con el patrimonio histórico, artístico, arquitectónico y cultural de Córdoba.

El ciclo tendrá lugar en el Patio del Centro Cultural de la Universidad Nacional de Córdoba. Es organizado por la Subsecretaría de Cultura de la UNC, con la participación de DJs y VJs locales, colectivos de artistas visuales y un público diverso. 

Gente que no integra música electrónica con proyecciones visuales orientadas a dialogar con el patrimonio. Incluye actividades de mediación cultural y la producción de contenidos audiovisuales para redes, que, a partir de esta expresión musical, invitan a reflexionar sobre cómo convivimos —o no logramos convivir— con nuestros espacios y entre nosotros.

En un contexto social en el que la música electrónica es blanco de críticas e incluso de prohibiciones, Gente que no busca poner en valor algunas de sus virtudes como expresión cultural: su capacidad para convocar a nuevos públicos a distintos lugares, alojar e impulsar el trabajo de diversos artistas, ofrecer un marco distinto —y muchas veces inesperado— para experimentar un espacio, y demostrar que arte, patrimonio y presente pueden convivir sin daño alguno.

Gente que no pretende poner en acto que, en las expresiones culturales contemporáneas y en quienes gozan de ellas, no debemos ver una amenaza para el patrimonio, sino, justamente, su porvenir.