Eliminación de la violencia hacia la mujer

El 25 de noviembre es el día internacional para la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer, y tiene por objetivo denunciar la violencia ejercida sobre las mujeres en todo el mundo y visibilizar la problemática para propiciar acciones tendientes a exigir políticas públicas que contribuyan a su erradicación.  
Dentro de la violencia por razones de género, la violencia contra las mujeres constituye una de las más usuales (OMS, 2013) y ha sido definida como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado” (Convención de Belem Do Pará, 1994).
En nuestro país se han incorporado los parámetros de la CEDAW (Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer) en la última modificación de la Constitución Nacional Argentina en 1994. 
La Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, conceptualiza distintos tipos de violencias, como son la física, psicológica, sexual, simbólica, económica y patrimonial. 
Esta ley constituyó un paso importante a partir del cual el Estado argentino considera la erradicación de la violencia hacia las mujeres como una política de ampliación de derechos. 
En córdoba, la Ley 9283 de Violencia Familiar junto con sus modificaciones mediante la Ley 10400, permite contar con el primer registro de denuncias por violencia de género en la provincia. 
En el año 2015 el Honorable Consejo Superior de la UNC aprobó mediante la resolución 1011/15 el Plan de acciones y herramientas para prevenir, atender y sancionar las violencias de género en el ámbito de la UNC. El objetivo del Plan es promover en la comunidad un ambiente libre de violencias de género y discriminación de cualquier tipo, por razones de género y/o identidad sexual.  Fortalecer el trabajo de sensibilización y garantizar el abordaje integral de la problemática. 
Si bien son grandes los avances en materia de legislación, aún nos falta mucho por transformar. En la actualidad, la violencia simbólica continúa presente bajo la forma de estereotipos en los que las mujeres e identidades disidentes (Ley 26.743 de Identidad de Género) aparecen en posición de subalternidad, subestimadas intelectualmente o como objeto de consumo sexual. 
Las mujeres continúan siendo víctimas de violencia física, la manifestación extrema de este tipo de Violencia, culmina en femicidios perpetrados en más de la mitad de los casos, por sus parejas o exparejas. 
En materia de violencia sexual, la discusión sobre la condena al acoso callejero, pareciera ser un gran paso. Aún continúan las dificultades e impedimentos a la hora de ejercer plenamente los derechos sexuales y reproductivos, ya que el acercamiento a la educación sexual integral (Ley 26150 Programa Nacional de Educación Sexual Integral, 2006) es deficiente. En muchos casos no hay llegada a los métodos anticonceptivos y el acceso al aborto no punible es bastante problemático a pesar del avance que significó el  fallo FAL (2012). 
En cuanto a la violencia económica podemos mencionar la brecha salarial donde las mujeres ganan en promedio un 27% menos que los hombres (Indec 2017) y sus tasas de empleo son menores que la de los varones. 
En estos días se aprobó la Ley de Paridad en el Congreso de la Nación, lo que significa que las listas a candidatos serán conformadas por el 50% de mujeres y de hombres. La discusión sobre la igualdad real de oportunidades en el acceso a los espacios de decisión ofrece un enorme trabajo pendiente en los tres poderes. 
Dentro de las cuestiones importantes a remarcar es la urgencia de capacitación en género dentro del Poder Judicial, ya que, en ocasiones, se cometen errores por carecer de herramientas para abordar los casos de violencia de género. Sirve de ejemplo el caso de Dahyana Gorosito quien fuera acusada de no haber impedido el homicidio de su hija recién nacida en manos de su pareja o las enormes dificultades y resistencias para encuadrar los femicidios de mujeres trans. 
La violencia de género es un fenómeno que se evidencia en todo el mundo (OMS, 2013) del que como sociedad nos vamos haciendo eco y los Estados van teniendo que ocuparse en tanto instituciones públicas. Poner la violencia de género en agenda de discusión, posibilita el involucramiento de diferentes actores y orienta la transformación de los patrones culturales que sostienen las desigualdades, beneficiando los procesos de democratización a través del pleno ejercicio de los derechos de las mujeres. 

Analía Barrionuevo
Coordinadora Programa de Género 
SEU-UNC