Zaida Muxí: “Para nuestra sociedad, el cuidado de las personas es una tarea despreciada”

La arquitecta y urbanista reivindica la atención y el cuidado de los demás como “esencial para la vida humana”, y plantea que las ciudades no están pensadas para llevar a cabo este trabajo, históricamente asignado a las mujeres. Apunta contra la actual exacerbación del rol de género masculino en detrimento del femenino, y advierte que la sociedad “no sobrevivirá” si solo se dedica a trabajar en el ámbito productivo. Cómo pensar la vivienda y el territorio de hoy en clave inclusiva, en esta entrevista.[17.04.2019]

¿El espacio y el territorio están organizados según una perspectiva sexista? El diseño de las actuales ciudades, ¿responde a una lógica que prioriza al varón y el rol de género masculino, por sobre el femenino? Las viviendas que habitamos, ¿tienen un sesgo de género?

La arquitecta y urbanista Zaida Muxí pone el ojo sobre estos y otros aspectos vinculados a los diferentes modos de habitar y usar el territorio que tienen mujeres y hombres. Un territorio que, asegura, no está pensado para llevar a cabo una tarea que “la sociedad menosprecia”, y que la arquitecta recupera y pone en valor: el cuidado de las personas.

“Vivimos en una sociedad que está muy confundida. No se trata de que las personas vayamos todas a trabajar fuera de casa y que se hunda el mundo. El ser humano necesita atención y cuidado”, apunta la especialista en territorio y género, que desde hace tiempo vive en España.

Muxí visitó recientemente la Universidad Nacional de Córdoba para participar de la tercera edición del Seminario-Taller “Mujeres y ciudades: (In) justicias territoriales”, organizado por diferentes centros y espacios institucionales locales e internacionales, que tuvo lugar en el Pabellón Venezuela de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

En la oportunidad, dialogó con UNCiencia sobre la necesidad de concebir ciudades más habitables y transitables para todas las personas, las limitaciones que el entorno urbano supone para las mujeres, y la importancia de recuperar la reflexión arquitectónica en torno al uso y funciones de las viviendas que se construyen hoy. “Para no proyectar el espacio solo en función de la experiencia masculina”, subraya.

- ¿Cómo deberías ser una ciudad, desde la perspectiva de género?

- Debería ser mixta, compacta, de distancias próximas y con mezclas sociales y de uso. Una ciudad que permita conciliar el trabajo de crianza y cuidado de los niños y ancianos, con la vida productiva y social.

- ¿Y qué hacemos con las ciudades que ya están construidas y habitadas? ¿Modificando qué aspectos concretos las tornamos menos sexistas?

- Asegurando que tengan aceras transitables, que estén bien iluminadas, que los pasos de los peatones sean accesibles y sus tiempos sean lógicos, para que las personas caminen y no para que el coche espere lo menos posible. Luego, pensar en servicios de proximidad, como guarderías de 0 a 3 años cerca de los hogares. Y dotar a los barrios de equipamientos que colaboren con los cuidados y crianzas, como ludotecas, plazas y espacios verdes. También, garantizando la circulación  de personas con movilidad reducida, o de cochecitos, entre otras cuestiones. Esto implica pensar el entorno en función de las diversas necesidades y diferentes capacidades que tenemos las personas.

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