Monitorean por satélite la explosión de algas en el embalse San Roque

Imagen del lago San Roque en colores reales, capturada el 22 de febrero de 2017 con el sensor "Operational Land Imager" del Landsat-8 (Nasa), donde se pueden observar las zonas más afectadas. Crédito: Nasa Goddard Space Flight Center and Geological Survey / Instituto de altos Estudios Espaciales "Mario Gulich". [12.04.2017]

Un informe elaborado por investigadoras de la Facultad de Ciencias Químicas y del Instituto de altos Estudios Espaciales "Mario Gulich" (UNC-Conae) analiza, a través de imágenes satelitales, el impacto del sistema de aireación artificial instalado en el lago San Roque en octubre de 2008.

Ese dispositivo consiste en siete tubos de un kilómetro de largo que liberan aire presurizado. Están ubicados en la garganta cerca del vertedero y en zonas aledañas a distintas profundidades. La idea es simple: aportar el oxígeno que necesita un tipo de bacteria especial para descomponer la materia orgánica.

A simple vista, una comparación entre las fotografía tomadas por el Landsat-5 en 2004, y las registradas por el Landast-8 en 2017, revelan que esa iniciativa ayudó a reducir la presencia de algas (ver imagen). No obstante, un estudio realizado con imágenes Terra-Modis revela que, en promedio, la calidad del agua del embalse se está deteriorando con el paso del tiempo. La conclusión: los aireadores no alcanzan para frenar el avance de la eutrofización de ese reservorio de agua.

En sintonía con este diagnóstico, el monitoreo mensual que realiza el equipo del Área de Limnología Aplicada y Calidad de Aguas del Instituto Nacional del Agua indica que el embalse presentó una calidad de agua regular a crítica desde agosto de 2016 hasta marzo de 2017.

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