Hemoderivados y Ciencias Químicas desarrollaron y patentaron una molécula sintética usada en la detección de VIH y virus de hepatitis A, C y E

Funciona como un reactivo imprescindible en la ejecución de técnicas que permiten detectar esos genomas virales y son aplicadas en la producción de medicamentos derivados del plasma humano. Este desarrollo tecnológico no solo permite garantizar la seguridad biológica de esos medicamentos, sino que fortalece la sustentabilidad y la soberanía de la industria nacional, ya que este compuesto debía ser importado. Fue creado en conjunto con el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici), de la Facultad de Ciencias Químicas. Es la segunda patente de invención que el Laboratorio de Hemoderivados logra para la Universidad Nacional de Córdoba. La primera fue por el procedimiento para la obtención de la inmunoglobulina G humana y su elaboración como medicamento de aplicación endovenosa. [02.03.2023]

El 30 de noviembre de 2022, el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial concedió a la UNC y el Conicet una patente de invención por el desarrollo de una molécula sintética de ácido ribonucleico (ARN), que se utiliza para la detección de VIH tipo 1 y hepatitis C en suero y plasma humanos. Quienes estuvieron a cargo de su desarrollo ya demostraron que también es aplicable para virus de la hepatitis A y E, así como en tejidos humanos.

Su desarrollo es fruto del trabajo colaborativo entre el área de Desarrollo de Productos y Procesos del Laboratorio de Hemoderivados (LH) y el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici – UNC/Conicet), de la Facultad de Ciencias Químicas. Las gestiones para la tramitación de la patente corrieron por cuenta de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UNC.

En el laboratorio universitario, esa molécula es utilizada actualmente como un reactivo de control interno en técnicas de biología molecular (como PCR y PCR en tiempo real) para garantizar la seguridad biológica de los productos derivados del plasma humano.

El origen de la patente

“El objetivo no fue hacer una patente, sino que fue la consecuencia de una necesidad del Laboratorio. En 2008 necesitábamos un reactivo para garantizar la calidad de los resultados obtenidos por técnicas de biología molecular destinadas a detección de los genomas virales, en este caso, relacionados con la industria farmacéutica y los bancos de sangre”, comienza Gonzalo Rodríguez Lombardi, subdirector del Área de Desarrollo de Productos y Procesos del LH y una de las personas que desarrollaron la patente.

“Nuestra planta produce medicamentos derivados de la sangre. Cualquier patógeno presente en la sangre es un potencial riesgo para la industria y, por ende, para la salud humana. Por eso debemos aplicar diversas técnicas para detectar los genomas de los virus que nos interesan. Y para ejecutarlas es necesario implementar controles de calidad acordes a normas internacionales”, completa Rodríguez-Lombardi en diálogo con Unciencia.

Ello requería un reactivo específico que no se producía en Argentina. El costo de su importación era muy elevado y la solución fue producirlo localmente. El Laboratorio de Hemoderivados y el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (UNC/Conicet) de la Facultad de Ciencias Químicas encararon el desafío y lo desarrollaron.

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