Distintas visiones para encarar las desigualdades de la pospandemia

El rector Hugo Juri y los investigadores Aldo Isuani y Martín Maldonado plantearon los escenarios que sobrevendrán luego de la crisis sanitaria por el coronavirus y expusieron las herramientas necesarias para enfrentar la “nueva normalidad”. Fue una conferencia virtual en el marco del “Camino al 8vo Foro de Extensión Universitaria”. [21.10.2020]

“Las nuevas desigualdades emergentes de la pospandemia del coronavirus”, fue el título de la conferencia virtual que ofrecieron este martes 20 de octubre Hugo Juri, rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC); Aldo Isuani, profesor e investigador de la UBA, FLACSO y de la Universidad de San Andrés; y Martín Maldonado, investigador de Conicet, experto en el tema inclusión social y Coordinador del “Proyecto Czekalinsky, ciencia que incomoda”.

La disertación se realizó en el marco del “Camino al 8vo Foro de Extensión Universitaria” que organiza la Secretaría de Extensión de la Casa de Trejo, que se llevará a cabo entre el 22 y 23 de octubre, de manera virtual, bajo el lema “Pensando la extensión en escenarios de presencialidad y virtualidad”, en el que se compartirán cerca de 140 trabajos extensionistas.

La charla fue coordinada por el titular de Extensión, Conrado Storani, y el coordinador general del área, Francisco Berzal.

Martín Maldonado señaló que en materia de gestión social nos enfrentamos a la situación de tener problemas del siglo 21, herramientas del siglo 20 y mentalidad del siglo 19.  El investigador planteó que, en América latina, y en Argentina en particular, tenemos problemas sociales complejos, básicamente virtuales, 24 horas los siete días de la semana, que enfrentamos con herramientas analógicas de lunes a viernes de 8 a 16.

“Y tenemos mentalidad del siglo 19, porque los debates que hubo en Inglaterra a fines del siglo 18, sobre a quienes tenían que ayudar son los que tenemos nosotros hoy. A qué pobres asistir y a qué pobres no”, expresó.

El coordinador del Proyecto Czekalinsky dijo que el “problema posmoderno perfecto” que nos afecta globalmente representa una oportunidad. Con una población de pobres que supera los 4.500.000 de personas en Argentina, reflexionó sobre la necesidad de identificar los mecanismos que reproducen la pobreza y desarmarlos. En ese sentido, enumeró las herramientas con las que cuenta la UNC, tanto de pensadores, como de instrumentos, como las Universidades Populares, la Escuela de Oficios y el Compromiso Social Estudiantil, para atacar la problemática de las desigualdades sociales. “Córdoba fue señera a nivel regional de romper para ponerse del lado de los más débiles. Lo hizo en 1613, con un colonialismo diferente con los jesuitas, en 1918 permitiendo la entrada de todos a la universidad, y en 1969 ayudando a derrocar un gobierno autoritario”, expresó.

Aldo Isuani, a su turno, pronosticó que, si la desigualdad es un tema muy complejo, lo será mucho más después de esta pandemia. Destacó que la desigualdad en los ingresos ya venía creciendo antes de la crisis sanitaria, en algunos países más, y en otros menos. Y al respecto, señaló que cambiaron los ejes de la economía del siglo 20 hacia otros más vinculados a la producción del conocimiento articulado con el movimiento productivo.

Anticipó que un porcentaje importante de la población que no va a tener lugar en el nuevo mundo donde se requieren cada vez más credenciales educativas. Y ejemplificó con el conflicto que se produce con las clases medias que envían a sus hijos a colegios privados subvencionados por el Estado, y las escuelas públicas reservadas para los pobres. Lo mismo con la salud pública y la privada. “No veo razones para que esto se modifique –dijo-. Con lo cual el panorama que tenemos para adelante es un poco tétrico. La desigualdad se va a profundizar”.

De cualquier manera, Isuani se planteó la esperanza de que la pospandemia permita una reacción social en la que aparezca con fuerza el Estado de Bienestar, en un contexto de crecimiento económico y poca conflictividad social. “Es posible tener un mundo más igualitario, (…) pero depende de la política, de la fuerza de aquellos que les interesa ese mundo más igualitario. Seguramente no podrá ser si no es profundamente democrático, donde la población pueda tomar las decisiones fundamentales de la existencia social. Ojalá esta idea se pueda ir sumando, no sólo en el país, sino a nivel global, y logremos que el futuro de la humanidad sea más igualitario, más libertario y más democrático”.

Finalmente, el rector Juri reflexionó que en materia educativa es seguro que nadie querrá volver a la “vieja normalidad”. “Hay temas que podremos hacer y otros que no. Estamos hablando de herramientas que teníamos desde hace 20 años y no las usábamos. La respuesta que podemos dar desde la educación es reducir estas desigualdades en América latina. Hace tres décadas que los grupos más educados y los trabajadores fueron perdiendo capacidad de progreso y no ven posibilidades de que eso cambie. Argentina dejó ser el país de clase media con un 40 por ciento o más de pobreza. Entonces, no alcanza con abrir la universidad, tenemos que ir donde está la gente, a la hora que necesitan los trabajadores. (…) Tenemos la obligación para sacar lo mejor de esta desgracia, no podemos volver a la vieja normalidad. La desigualdad educativa es imperdonable si lo podés resolver. Esta es una de las acciones que tenemos que hacer como Universidad, sin dejar de hacer las cuestiones específicas”.

En otro pasaje de su conferencia, el titular de la Casa de Trejo ejemplificó que la UNC tiene 130 mil estudiantes con el privilegio de venir a estudiar. “Pero necesitamos multiplicar por cinco o por 10 esa cantidad, para que vengan estudiar los jóvenes y trabajadores de los sectores más vulnerables que financian las universidades con las compras que hacen en el almacén”.

Juri finalizó su disertación proponiendo romper ciertos esquemas conservadores y propiciar la universalización de la educación superior, como alguna vez se hizo con la educación media.