Astrónomos predicen la existencia de "ploonets", lunas que se convirtieron en planetas

Con simulaciones en supercomputadoras, un equipo científico internacional concluyó que estos nuevos cuerpos celestes efectivamente existirían y podrían ser detectados fuera del sistema solar. Se trataría de satélites naturales que originalmente orbitaban gigantes gaseosos, fueron expulsados y comenzaron a orbitar su propia estrella. Un investigador del Observatorio Astronómico de Córdoba participó en el grupo que realizó el estudio. (31.07.219)

Los "plonnets"  –un juego de palabras en inglés que combina  planets (planetas) y moon (luna) – son el último hallazgo teórico que días pasados dio a conocer un grupo internacional de astrónomos.

La existencia de estos cuerpos celestes, fuera del sistema solar, es la conclusión a la que arribaron luego de de una serie de simulaciones computacionales en las que utilizaron distintos modelos físicos y astronómicos.

Los plonnets serían lunas que originalmente orbitaban planetas gigantes gaseosos, pero que fueron expulsadas y terminaron convirtiéndose en "nuevos planetas" al empezar a  orbitar su propia estrella.

Hasta el presente, ya se han descubierto más de cuatro mil exoplanetas en otros sistemas solares. Algunos son similares a Júpiter (o gigantes gaseosos), pero se encuentran más cercanos a su estrella, a distancias menores que las existentes entre la Tierra y el Sol. Se los llama "Júpiters calientes".

Siguiendo la lógica de nuestro sistema solar, los astrónomos supusieron que así como los gigantes gaseosos poseen lunas, estos "Júplters calientes" también deberían tenerlas y comenzaron a observarlos para identificarlas. Pero a pesar de todos los esfuerzos, hasta el momento no lograron encontrarlas.

¿Dónde están esas exolunas? Para responder a ese interrogante, los astrónomos realizaron una serie de simulaciones tomando como punto de partida una idea aceptada en la comunidad científica: originalmente los planetas gigantes no "nacieron" tan pegados a su estrella, sino que migraron hacia ella desde una órbita más distante.

Así, observaron que durante esta migración, la fuerza combinada entre el planeta gigante gaseoso y la estrella pudo haber inyectado energía extra a la órbita de la Luna, empujándola hasta que eventualmente escapó y terminó convirtiéndose en un "ploonet".

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